sábado, 1 de mayo de 2010

1 de mayo. 12:48 a.m.

Cuando se desata tu pasión,
salvaje como el mar,
callada como la noche,
no puedo evitar amarte.

Cuando tus pechos
(pequeños como botones de un rosal)
se posan sobre mi pecho
y la media luna de tu vientre
se detiene en el mio,
no puedo evitar amarte.

Cuando tu oleaje rompe contra mi orilla,
cuando tus más fieras mareas
se desatan en besos de sudor y sal,
no puedo evitar amarte.

No puedo evitar amarte
y no pienso encontrar la forma de hacerlo.
Prefiero que tus labios cierren mis ojos
y que tus manos cuiden mi sueño.

Porque, después de todo, no puedo evitar amarte.

No hay comentarios:

Publicar un comentario